Es poco lo que sabemos de Thurro el Carpetano, solamente lo que Tito Livio, nos relata sobre la campaña de Tiberio Sempronio Graco en la Karpetania:
«…Marchó Graco después de vuelta a Alce y comenzó el asedio de aquel lugar. Al principio los habitantes resistieron los asaltos, pero cuando se vieron atacados por máquinas de asedio además de por armas, dejaron de confiar en la protección de sus murallas y se retiraron todos a la ciudadela. Por último, enviaron emisarios poniéndose ellos y todos sus bienes a merced de los romanos. Aquí se capturó una gran cantidad de botín, así como muchos de sus nobles, entre los que se encontraban dos hijos y la hija de Thurro. Este hombre era el régulo de aquellos pueblos, y con mucho el hombre más poderoso de Hispania. Al enterarse del desastre a sus compatriotas, mandó a solicitar un salvoconducto para visitar a Graco en su campamento.
El encuentro con Sempronio Graco
Cuando llegó, su primera pregunta fue si se les permitiría vivir a su familia y a él. Al responderle el pretor que sus vidas estarían a salvo, le preguntó, además, si se le permitiría luchar del lado de los romanos. Graco también le concedió esa petición y él le dijo: «Te seguiré contra mis antiguos aliados, ya que ellos no han querido tomar las armas para defenderme». A partir de entonces, estuvo junto a los romanos y en muchas ocasiones sus valientes y fieles servicios resultaron útiles a la causa romana.» (Tito Livio, Ab Urbe condita, libro XL p. 49)
Las fuentes clásicas, refiriéndose a la Celtiberia, describen un país pobre y con un clima extremadamente riguroso. La principal actividad económica influida por la pobreza del suelo era la ganadería. Los jóvenes se formaban en la defensa de sus yeguadas y sus rebaños. Cuando el excedente lo permitía se alistaban y se ofrecían como mercenarios a pueblos vecinos que valoraban positivamente sus servicios. En ocasiones estos servicios no se recompensaban lo que se traduciría en la organización de bandas y bandoleros que buscaban en el uso de las armas una posible salida a esa tradicional penuria.
Sobre Thurro, Tito Livio dice de él que era:
“…el régulo de aquellos pueblos, y con mucho el hombre más poderoso de Hispania”. Sabemos que los hispanos se organizaban en ciudades estado y se regían por consejos de ancianos. En realidad, desde Argantonio (Hombre de plata) el rey de los tartesos, no se conoce en la península ningún otro rey. Debemos entender por tanto “regulo” como dirigente, caudillo. Thurro sería probablemente el líder carpetano que aglutinaba en torno a si, a gentes de armas que todavía resistían al inicio de la campaña de Graco.
El abandono a su suerte de la población de Cértima y la toma de Alce por parte de Graco, donde además tomaron como rehenes a sus hijos fue determinante para que Thurro rindiera sus armas y las pusiera al servicio de Roma.
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