Pedras Formosas

Las pedras formosas en Celtíbera, quizás en pleno siglo XXI tenemos preconcebida la idea de que los celtas o celtíberos eran gente poco dada al baño. Sin embargo los hallazgos arqueológicos nos demuestran lo contrario.

Es evidente que en los castros costeros como el castro de Baroña, (Porto do Son, A Coruña) y en otros muchos que se encuentran a lo largo de Galicia y Portugal, donde para la alimentación, aparte de bóvidos, cabras, ovejas y bellotas, el principal sustento serían el pescado y los excelentes mariscos de la zona, sus habitantes disfrutarían del baño prácticamente a diario.

Pero incluso hacia el interior donde no contaban con los beneficios del agua del mar, sabemos que todos estos pueblos prerromanos cuidaban de su higiene.

En un principio el hallazgo de pozos y hornos circulares inmediatos a las llamadas Pedras Formosas, relacionaban a estas piedras con forjas o lugares para la fundición de metales.

pedra formosa

Investigaciones más a fondo, demostraron que en realidad se trataban de saunas.

Suelen ser estructuras semienterradas, de planta rectangular y con varias estancias, que funcionaban como balnearios, el vapor se obtenía calentando rocas (por eso los hornos), sobre las que se vertía agua.

En sus diferentes estancias, menos sofisticadas que las romanas, se pueden distinguir los que los romanos calificarían como: Frigidarium, tepidarium y caldarium.

El tablero de piedra que recibe el nombre de Pedra Formosa, es la pieza principal dentro del conjunto y suele estar ricamente grabado a cincel con símbolos celtas.

Investigadores concienzudos y sesudos eruditos, quieren ver en el paso a la sauna, a través de la puerta abierta en la roca labrada, extraños ritos de renacimiento, como el paso simbólico a una nueva vida, o un lugar de iniciación para los jóvenes. Incluso proponen ritos romanos como el taurobolio, o algún otro tipo de sacrificio ritual.

Sin descartar que en ocasiones puntuales esto pudiera ser así, se olvidan del uso cotidiano y habitual de una sauna: la limpieza y la higiene.

Para desencanto de los gallegos que consideran “As Pedras Formosas” una especie de patrimonio cultural propio, hemos de decir que también en la meseta se han hallado este tipo de saunas, como en el caso del Castro de Ulaca en Ávila.

La dispersión de termas por la Península Ibérica parece especialmente relacionada con la Celtiberia, pues en esta región se han documentado: en Arcóbriga, en Segóbriga, donde apareció un “labrum o bañera” para agua que pudiera relacionarse con abluciones más que como baños de vapor, también en Bílbilis y, recientemente, en Tiermes, donde ofrecen un interesante doble “laconicum o baño de vapor”.

Más información en mi Biblioteca

Tiresio el Termestino

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