De los doce libros de agricultura de Lucio Junio Moderato Columela
Disertación sobre la necesidad de los bosques, arbolados y plantíos para el mejoramiento de la agricultura, y la que tienen de ellos las artes y manufacturas, el comercio, la economía doméstica, la salud pública, y cuánto influyen en el bien general de una nación.
Leída en la cátedra de Agricultura del real Jardín Botánico de Madrid en la mañana de 17 de agosto de 1818 ante el Serenísimo Señor Infante Don Carlos María Isidro.
POR DON JOSÉ MARÍA DE NIEVA
Oficial nombrado por S. A. R. de la Secretaria de Cámara del gran Priorato de San Juan, y alumno de dicha Cátedra.
Proyectada y resuelta la impresión castellana del Columela, hemos tenido también por muy oportuno repetir en la misma forma la de esta disertación que la casualidad puso en nuestras manos, persuadidos de la importancia de su contenido, y de la utilidad que puede producir, sirviendo de estímulo para que salgamos de nuestra habitual desidia, y nos dediquemos a un objeto que tan imperiosamente reclaman nuestras necesidades y nuestra propia conveniencia, y que puede considerarse como el primer paso para el fomento de nuestra agricultura, sin el que serán inútiles todos los esfuerzos para promoverla. Cuando se concluya dicha impresión de nuestro célebre compatriota, le agregaremos este discurso como por vía de apéndice: entretanto no queremos privar al público de su lectura.
SERENÍSIMO SEÑOR:
Me atrevo a presentar a V. A. en esta disertación otras ligeras observaciones sobre la necesidad de los bosques, arbolados y plantíos para el mejoramiento de la agricultura, descendiendo a probar la que tienen de ellos las artes y manufacturas, el comercio, la economía doméstica, la salud pública, y en fin, cuánto influyen en el bien general de una nación.
Vasto y ameno campo sin duda para emplear también los más profundos y exactos conocimientos en la ciencia de la naturaleza, y la elocuencia más animada y persuasiva. Pero que yo recorreré con la rapidez que permiten las circunstancias, y del modo que se puede esperar de mi insuficiencia.
¡Cuánto padece, Serenísimo señor, el ánimo del hombre conocedor y amigo de la agricultura y la naturaleza, cuando discurre por los dilatados y áridos campos que componen la mayor parte de nuestro suelo patrio! Al verse en medio de ellos; su corazón conmovido, y levantando las manos al cielo no puede dejar de exclamar al Ser supremo: “Señor, mis hermanos no conocen ni aprecian, ni se aprovechan de tus beneficios, helos aquí, por tanto, cargados con una miserable existencia, formada de una cadena de penalidades, de que no pueden substraerse por la indolencia y desidia a que están habituados”.
Así finaliza el segundo tomo de los doce libros de agricultura de Lucio Junio Moderato Columela, traducidos por D. Juan María Álvarez de Sotomayor y Rubio en 1824.
Para terminar el trabajo sobre Columela, solo faltaba lo más obvio: reunir en un solo archivo los doce libros de agricultura.
En el archivo resultante, respetando en lo posible la obra del traductor y del impresor, he incluido los apéndices y los índices al final de la compilación, como es normal.
Solo espero que el trabajo y el tiempo que he dedicado, pueda serle de utilidad a alguien.
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