La caballería celtibérica

 
caballo celtíbero

caballería celtibérica, caballo y estribo.

La importancia de la caballería celtibérica, está avalada por el abundante descubrimiento de arreos equinos en las diversas excavaciones de sus yacimientos.

Quizás por esto, la caballería celtibérica era tan valorada por Roma.

Apiano (Iber. 62) señala que los caballos romanos eran inferiores a los celtibéricos.

Estrabón (3, 4, 15), interpretando a Posidonio, sobre la caballería celtibérica señala:

Propio de Iberia es, según Posidonio (…) que los caballos de Celtiberia siendo grises cambian tal color si se les lleva a la Hispania exterior. Dice que son parecidos a los de Parthia, siendo más veloces y de mejor carrera que los demás».

«…En batalla, con los infantes está mezclada también la caballería, siendo los caballos adiestrados en subir sierras y en arrodillarse con facilidad, cuando esto hace falta y se les manda»

Ya en el 217 a.C., Livio (21, 7, 5) considera a la caballería lusitana y celtibérica superior a la númida.

Polibio (Suidas, fr. 95) alaba la docilidad de los caballos de los celtíberos:

«Cuando ven a su infantería apretada por el enemigo se apean y dejan los caballos puestos en fila; tiene suspendidas unas clavijas de los extremos de las bridas e hincándolas con cuidado les enseñan a obedecer en fila hasta que regresando aflojan las clavijas».

Lucilio (v. 509), que combatió en Numancia junto a Escipión, recuerda también cómo para facilitar que los jinetes montaran, los caballos se arrodillaban.

Pero no solo los caballos, según Plinio (7, 170), las burras celtibéricas eran tenidas en alta estima, pues «es cosa bien sabida que en Celtiberia cada burra ha producido 400.000 sestercios, principalmente por la producción de mulas».

Las numerosas citas a los caballos celtíberos, sobre todo la facilidad que tenían de arrodillarse para permitir su montura, tienen una explicación que generalmente pasa desapercibida:

Ni celtas ni romanos conocían el estribo.

Las primeras referencias al estribo, solo aparecen en China alrededor de 477 D. C.

Malamente podían conocer los celtíberos algo que no existía.

¡477 años después de cristo! Tened esto en cuenta cuando volváis a ver la película Ben-Hur, o a Julio Cesar a caballo.

Parece que los chinos copiaron la idea de los pueblos nómadas de las estepas centroasiáticas, que periódicamente atacaban sus fronteras y que a caballo, puestos en pie sobre estos artilugios, podían disparar sus enormes arcos con puntería certera.

Finalmente los you-yan que en occidente llamamos ávaros, cabalgaron con sus estribos hasta las mismas fronteras de Bizancio, ya en el siglo VI.

El Strategikon bizantino escrito a mediados del siglo VI, lo describe llamándolo skala. Los bizantinos lo copiaron y su uso se extendió por el resto de Europa, dado que, no solo a los arqueros, también a lanceros u honderos, incluso para cargar contra el enemigo, el estribo les ayuda a montar y da más estabilidad al jinete.

Los equinos celtíberos se merecían una entrada en el Blog.

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Tiresio el Termestino

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