Columela, en su alusión al borrico nos dice: «Habiendo de tratar sobre el ganado menor, Publio Silvino, ocupará el primer lugar el asnillo menor de la arcadia, este animal vil y común que la mayoría de autores de las cosas del campo quieren que, cuando se trata de comprar y mantener bestias de carga, sea el borrico el que primero se procure adquirir, y no sin razón, porque se puede mantener en un campo que carezca de pastos, pues se contenta con poco forraje y con cualquiera que sea, ya que se alimenta con hojas de árbol o con matas espinosas, con ramas de sauce o con un haz de sarmientos. Pero con la paja que abunda en casi todos los países incluso engorda.
Aguanta muy bien la torpeza de un borriquero atolondrado y no menos los golpes y la escasez, pues resiste sobremanera el trabajo y el hambre, y rara vez le acometen las enfermedades. Este animal, cuyo mantenimiento es de tan poco costo, se emplea en muchísimos trabajos y muy precisos, mayores de lo que corresponde a su precio, pues no solo rompe con arados ligeros la tierra franca, como es la de la Bética y la de toda la Libia, sino que tira de los carros si estos no llevan demasiado peso…»
Lucio Junio Moderato Columela (libro VII, cap.1)
La fábula de Fedro, 1, 15. Dice:
Un pobre anciano apacentaba su asnillo en un prado. Espantado por el repentino clamor de los enemigos, aconsejaba al asno huir, no fueran a capturarlos. Pero el asno, sin apresurarse en absoluto, le preguntó: dime, por favor, ¿crees que el vencedor me cargará con dos albardas?
El anciano le dijo que no. Y el asno respondió ¿Qué me importa, entonces, a quién tenga que servir, con tal que lleve una sola albarda?
La domesticación del asno fue un punto crucial en la historia humana. Transformó los sistemas de transporte antiguos y la organización de las primeras ciudades.
Para el pobre borrico se diseñaron aperos de carga:
El serón: Los serones solían estar fabricados con esparto, básicamente se compone de dos espuertas unidas que se colocan a lomos del borrico, tenían que ser dos, precisamente para equilibrar el peso. Se usaba principalmente para transportar el grano del cereal cosechado, aunque en estas espuertas también se podía llevar cualquier otro tipo de mercancía: sal, arena, arcilla de alfarero, etc.
Agüerillas: Al igual que los serones, las agüerillas, eran unos aperos dobles para equilibrar la carga, pero en este caso acondicionado para transportar cántaros en los que se llevaban líquidos, agua, leche, vino, aceite, etc.
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